Museo El Coleccionista
Chaguaní, Cundinamarca
Más de 16.000 piezas que narran historias de culturas ancestrales y su legado eterno
El Museo El Coleccionista es mucho más que un espacio de exhibición: es un viaje sensorial e intelectual que atraviesa las huellas de la humanidad. Aquí, más de 16.000 piezas —desde delicadas miniaturas hasta imponentes obras de gran formato— cuentan historias que conectan épocas, territorios y pensamientos.
En sus salas conviven la grandeza de civilizaciones como la griega, egipcia, china, japonesa, africana, árabe, europea e india. Cada objeto resguarda un fragmento de memoria: misterios, ritos, costumbres, tradiciones, mitos y leyendas que revelan las dualidades eternas del ser humano: luz y oscuridad, libertad y esclavitud, realidad e imaginación, bien y mal.
A diferencia de los museos tradicionales, El Coleccionista rompe el orden cronológico para invitar a un recorrido único, donde las piezas dialogan entre sí más allá del tiempo. El visitante se sumerge en un juego de dinámicas implícitas e interacciones sutiles que estimulan la curiosidad, el asombro y el pensamiento crítico.
Este es un lugar para volver una y otra vez, descubrir nuevas conexiones y dejarse inspirar. Es un semillero de ideas y un laboratorio para la creatividad, donde el arte del pasado enciende las obras del futuro. Aquí, la memoria de las civilizaciones no solo se conserva: se comparte, se reinventa y se convierte en motor de nuevas creaciones.
El Museo El Coleccionista tiene como misión resguardar y difundir el legado artístico y cultural de civilizaciones de todo el mundo, inspirando la creación de nuevos tesoros artísticos y el desarrollo de ideas innovadoras. A través de más de 16.000 piezas que conectan el pasado con el presente, promovemos el arte como motor de conocimiento, creatividad y emprendimiento. Nuestro espacio invita a visitantes, investigadores y creadores a descubrir en la memoria de la humanidad una fuente inagotable de inspiración para construir el futuro.
Salas de exhibición
Experiencia inmersiva
Ser un referente cultural y creativo a nivel nacional e internacional, reconocido por su capacidad de unir civilizaciones, épocas y saberes en una experiencia única que inspire a las personas a crear, emprender y preservar el arte. Aspiramos a que el Museo El Coleccionista sea un faro de conocimiento y creatividad, donde el pasado alimente el presente y abra caminos para un futuro artístico y cultural más consciente, diverso y universal.
Un viaje por el tiempo, donde culturas y civilizaciones revelan el alma de la humanidad
En esta vitrina, el alma de los pueblos se revela en objetos que fueron testigos de ceremonias sagradas y creencias profundas. Esculturas que encarnan divinidades, vasijas que guardaron ofrendas, candelabros que encendieron plegarias, emperadores chinos que simbolizan poder y sabiduría, máscaras venecianas y africanas que ocultan y revelan rostros, y máscaras de chamanes que abren portales entre mundos. Cada pieza es un puente entre lo visible y lo invisible, entre lo humano y lo divino. Aquí, las culturas dialogan en un lenguaje atemporal donde los ritos, mitos y espiritualidades se entrelazan para recordarnos que, más allá de las distancias y los siglos, la humanidad siempre ha buscado sentido y trascendencia.
A lo largo de la historia, el ser humano ha tejido su identidad con hilos de color, formas y texturas. Los trajes, más que simples prendas, son relatos visibles que expresan creencias, jerarquías, sueños y maneras de entender el mundo. En esta vitrina, los atuendos trascienden el tiempo y el espacio para mostrar cómo cada cultura ha plasmado su espíritu en la forma de vestir. Aquí, la moda se convierte en un puente entre generaciones, un arte que guarda en sus pliegues la esencia de quienes la crearon y la llevaron. Cada pieza es una ventana abierta a la diversidad humana, un testimonio de que vestirnos siempre ha sido, también, una forma de narrarnos.
En esta vitrina, las esculturas de civilizaciones milenarias nos invitan a un encuentro íntimo con el pasado. Cada pieza es una voz que ha atravesado siglos para contarnos quiénes fuimos y cómo soñamos. Son guardianas de mitos, símbolos de poder, representaciones de dioses, héroes y seres anónimos que, de alguna forma, nos pertenecen a todos. Talladas en piedra, moldeadas en barro o fundidas en metal, estas obras condensan la visión del mundo de culturas que ya no existen, pero cuya presencia sigue latiendo en cada forma y textura. En sus rostros se adivinan emociones que no han cambiado: el asombro, el temor, la esperanza, el amor. Observarlas es dejarse envolver por la huella indeleble del tiempo, por las manos que les dieron forma y por el mensaje silencioso que han custodiado durante milenios. Son fragmentos de la humanidad que, como nosotros, buscaban perdurar en la memoria.
En esta vitrina, cada plato es mucho más que un objeto: es un lienzo donde la historia, la técnica y la belleza se encuentran. Desde los milenarios ejemplares chinos y egipcios, hasta las delicadas porcelanas que adornaron las casas reales, esta colección revela el ingenio y el refinamiento de culturas distantes en el tiempo y el espacio. Cada pieza encierra un simbolismo propio: retratos de personajes ilustres, escenas de oficios que marcaron una época, motivos florales que evocan la naturaleza idealizada, y ornamentos que celebran momentos de esplendor. La diversidad de estilos y técnicas —de la pintura minuciosa al relieve sutil— nos habla de la creatividad sin fronteras y de la mano experta que, en cada trazo, buscó dejar un legado. Al recorrer esta colección, no solo se observan platos; se contempla la historia servida a la mesa de la humanidad, donde el arte y la vida cotidiana se funden en una misma superficie.
En esta vitrina, la aparente sencillez de un huevo se transforma en un viaje por las culturas y las artes del mundo. Desde la delicadeza de la porcelana china hasta el brillo profundo del cristal europeo; desde la calidez de la madera africana hasta la solidez del mármol americano. Cada pieza, ya sea esculpida en metal, pintada a mano o tallada con minuciosa paciencia, encierra historias de tradición, símbolos de fertilidad, prosperidad y creación. Rusos, portugueses, africanos, americanos y europeos han depositado en estas formas ovaladas siglos de maestría, creencias y belleza, recordándonos que incluso en lo más frágil puede habitar lo eterno.
En este espacio, el arte se convierte en un puente entre lo terrenal y lo divino. Esculturas que invitan al recogimiento, iconos antiguos que han custodiado plegarias durante siglos, pinturas y grabados que narran pasajes de fe, y los inconfundibles iconos rusos, con su resplandor eterno. Cada pieza es testimonio de una humanidad que, en todas las latitudes y épocas, ha buscado representar lo sagrado: la esperanza, la devoción y el misterio que habitan en el corazón de las creencias. Aquí, la belleza es también un acto de fe, y el arte, una oración que no necesita palabras.
Explora nuestras colecciones desde una nueva perspectiva. Cada sala es un universo de historias esperando ser descubiertas.
Sumérgete en ceremonias sagradas donde objetos venerados conectan lo humano con lo divino a través de máscaras, esculturas y piezas rituales milenarias.
Descubre cómo el vestuario trasciende la moda para convertirse en narrativa visual de identidades, jerarquías y cosmovisiones culturales.
Contempla el diálogo silencioso entre civilizaciones a través de esculturas que han custodiado historias durante milenios.
Cada plato es un lienzo donde la historia se sirve, mostrando técnicas, simbolismos y la maestría artística de culturas distantes.
En la aparente sencillez de un huevo se encierra el universo: desde cristal europeo hasta madera africana, cada pieza cuenta una historia de creación.
El arte como puente entre lo terrenal y lo divino, donde la belleza se convierte en oración y la devoción en obra maestra.
Sumérgete en ceremonias sagradas donde objetos venerados conectan lo humano con lo divino a través de máscaras, esculturas y piezas rituales milenarias.
Descubre cómo el vestuario trasciende la moda para convertirse en narrativa visual de identidades, jerarquías y cosmovisiones culturales.
Contempla el diálogo silencioso entre civilizaciones a través de esculturas que han custodiado historias durante milenios.
Cada plato es un lienzo donde la historia se sirve, mostrando técnicas, simbolismos y la maestría artística de culturas distantes.
En la aparente sencillez de un huevo se encierra el universo: desde cristal europeo hasta madera africana, cada pieza cuenta una historia de creación.
El arte como puente entre lo terrenal y lo divino, donde la belleza se convierte en oración y la devoción en obra maestra.
Estas vistas virtuales son solo el comienzo. Ven y descubre la magia que solo se puede experimentar en persona.
Todo lo que necesitas saber para disfrutar de tu visita
Martes a Domingo: 9:00 AM - 5:00 PM
Lunes: Cerrado
Chaguaní, Cundinamarca, Colombia
Carrera 5 N. 2-37
Adulto nacional (18-59 años): $15.000 COP
Adulto extranjero: $25.000 COP
Adultos mayores (60+ años): $5.000 COP
Niños y niñas (6-12 años): $5.000 COP
Estudiantes con carné vigente (secundaria y universidad): $8.000 COP
Docentes con carné o certificación: $10.000 COP
Niños menores de 5 años
Personas con discapacidad (con acompañante)
Habitantes de Chaguaní (con documento que lo acredite, una vez al mes, según se establezca)
Guías turísticos acreditado
Grupos escolares (con previa reserva): $5.000 por persona
Grupos comunitarios o asociaciones culturales: $5.000 por persona
Empresas o grupos privados: $8.000 por persona